miércoles, 28 de agosto de 2013


EL DESEO DE DIOS

Dios quiere que seamos prosperados, pero muchas veces no se lo permitimos. Nuestro comportamiento, nuestra actitud y nuestras elecciones se convierten muchas veces en un obstáculo para que la bendición de Dios que es la verdadera prosperidad, no llegue a nuestras vidas.

La verdadera prosperidad es una consecuencia de mi relación con Dios. Y no tengo que pedirlo, eso llega automáticamente. Si cumplimos con las condiciones de Dios, todo lo que emprendamos en Su nombre prosperara.

Salmos 1:1-3 nos da a entender que los justos; en los que en la ley de Jehová encuentran su delicia y se deleitan en El cada día, ellos serán llamados benditos y todo lo que hagan será prosperado. Y créeme más fácil es que una montaña se mueva de un lugar a otro antes de que una de estas promesas no se cumpla. Recuerda Dios es fiel a Su palabra, y ni una tilde de esta pasara sin que esto se haga realidad en nuestras vidas.
La paz del Señor Jesucristo sea contigo!

martes, 27 de agosto de 2013

Tus sueños (1ra parte)


No se turbe tu mente ni desmaye tu corazón…
La última letra de tu historia aún no se ha escrito, aún hay tiempo para corregir tu camino.

En muchas ocasiones creemos que ya todo se ha acabado. 
¿Pero qué tanto de cierto tiene esto?

Muchas veces abandonamos nuestros sueños cuando vemos que el camino se ha tornado más duro y difícil, cuando parece que al momento de caminar nuestros pies estuviesen atados a grilletes con grandes bolas de acero impidiéndonos avanzar, y es cuando en ese momento nos damos por vencidos porque para nuestro entender no podemos continuar en pos a nuestros sueños.

¿Pero es verdad que no podemos más?

La palabra de Dios nos dice y nos da a entender que Dios no permite una carga más de la que podamos llevar… Por ende, claro que si podemos continuar.  Podemos ser más que vencedores y logra nuestros sueños. Recuerda  << Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece>> Filipenses  4:13 


Así que si Dios te ha puesto en ti un sueño,  no te des por vencido porque todo se torne difícil. Sigue avanzando que pronto llegaras a tu objetivo (si eres persistente).


Joyce Meyer escribió en una ocasión: << Si obedeces a Dios y nunca claudicas ni bajas los brazos, entonces nada ni nadie sobre la tierra, ninguna incapacidad ni nada de lo que haya ocurrido en tu pasado podrá impedirte lograr el éxito>>.


Tu puedes…! No permitas que esos pensamientos de derrota sean los que guíen tu vida, al contrario, has que esos pensamientos se tornen en la trayectoria que jamás deberás de cruzar.


La mejor manera de lidiar con las metas inconclusas es reorganizarlas de acuerdo a prioridades y oportunidades, explorar los pensamientos que tenemos hacia nosotros mismos y empezar a visualizar los fracasos anteriores como oportunidades para crecer y madurar.


Debemos reconocer que podemos fallar, pero que no nos hundimos cuando perdemos, por el contrario los fracasos si lo permitimos, nos ayudan a crecer y a enfocarnos en lo que queremos mejorar.

Debemos procurar creer en nosotros mismos sin importar las circunstancias. Levantarnos a pesar de dificultades y obstáculos. Un paso esencial para lograr es reconocer y apreciar nuestras cualidades y aceptar nuestras debilidades.

John Maxwell conferencista internacional en desarrollo personal y liderazgo, dijo una vez: <<Las personas que tienen éxito son las que conocen su propósito en la vida y crecen para alcanzar su máximo potencial>>.
Si Dios te ha entregado ese sueño, es porque te ha dado las herramientas y la capacidad para poder realizarlo.

Un sabio dijo: << Querer es poder>> Si Dios está contigo, que cosa en la tierra y fuera de ella podrá impedirte realizar tus sueños?

Así que coge ánimo y respira profundo, levántate en fe y avanza porque este es tu tiempo para empezar a realizar tus sueños.

La paz del Señor Jesucristo sea contigo!


domingo, 9 de diciembre de 2012


USA LO QUE TIENES



Todos poseemos dones y talentos, todos tenemos habilidades. Algunos pueden cantar, otros tocar instrumentos musicales, algunos hasta incluso escribir logrando sumergir al lector en el gran mundo donde los limites del universo no existen, muchos saben exhortar, y otros servir.

La Biblia relata una historia en Mateo 25: 14-30 en donde un hombre que decidió irse de viaje llamó a sus empleados y les encargó su dinero. Y conociendo las capacidades de sus empleados, a uno de ellos le entregó cinco mil monedas, a otro dos mil, y a otro mil. Luego se fue de viaje.

El propósito era que ellos lo invirtieran para que cuando llegara su señor él encontrara el dinero que le había entregado conjunto a los intereses.

Mucho tiempo después, el hombre que se había ido de viaje regresó, y quiso arreglar cuentas con sus empleados. Llegó el que había recibido cinco mil monedas, se las entregó junto con otras cinco mil y le dijo: “Señor, usted me dio cinco mil monedas, y aquí tiene otras cinco mil que yo gané.”

Lo mismo hizo el que tenía dos mil monedas, y estas se las entrego con dos mil monedas más.

Entonces su señor les dijo: “
¡Excelente! Ustedes son empleados buenos, y se puede confiar en ustedes. Ya que cuidaron bien lo poco que les di, ahora voy a encargarles cosas más importantes.

Por último, llegó el empleado que había recibido mil monedas, y justificándose dijo: “Señor, yo sabía que usted es un hombre muy exigente, que pide hasta lo imposible.
Por eso me dio miedo, y escondí el dinero bajo tierra para no perderlo. Aquí le devuelvo exactamente sus mil monedas.”

El hombre le respondió: “Eres un empleado malo, perezoso y negligente. Si sabías que soy muy exigente, ¿por qué no llevaste el dinero al banco? Así, al volver, yo recibiría el dinero que te di, más los intereses.”Por eso, por no ser un buen administrador con lo que te entregue, échenle en las afuera, él no es digno de estar en este lugar.
 

Amado lector tanto a usted como a mí se nos ha entregado dones y talentos, en el cual llegara el tiempo en que le tendremos que rendir cuenta a Dios por ello.

Amado amigo y hermano. ¿En cual de los dos casos te encuentras?  
Cuando nuestro Señor nos llegue a pedir cuenta con los que nos a dado a administrar ¿Qué le diremos? y ¿Qué El dirá de nosotros?

Recuerda que lo que el don y el talento que Dios nos ha entregado es porque Él nos ha capacitado o capacitara. Echemos fuera el temor, no seamos como el siervo negligente, más bien esforcémonos y seamos muy valientes para dar lo que por gracia hemos recibido.

Jesús dijo una vez: “La mies es mucha y pocos los obreros”. No importas cual sea tu edad, ni cual sea tu estatus social, Dios anda buscando obreros fieles y comprometidos con El y su reino. Dejándonos a entender que el mensaje que nos ha entregado es necesarios que sea llevado a toda lengua, pueblo y nación.

Así que mis hermanos, Dios nos ha dado a todos diferentes capacidades, diferentes dones y talentos, según lo que Él quiso darle a cada uno. Si el don de alguien es el de profecía, que lo use en proporción con su fe, si es el de prestar un servicio, que lo preste; si es el de enseñar, que enseñe; si es el de animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados, que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar compasión, que lo haga con alegría.

Pero hagámoslo con mucho ánimo, y no seamos perezosos. Trabajemos para Dios con mucho entusiasmo.