miércoles, 28 de agosto de 2013


EL DESEO DE DIOS

Dios quiere que seamos prosperados, pero muchas veces no se lo permitimos. Nuestro comportamiento, nuestra actitud y nuestras elecciones se convierten muchas veces en un obstáculo para que la bendición de Dios que es la verdadera prosperidad, no llegue a nuestras vidas.

La verdadera prosperidad es una consecuencia de mi relación con Dios. Y no tengo que pedirlo, eso llega automáticamente. Si cumplimos con las condiciones de Dios, todo lo que emprendamos en Su nombre prosperara.

Salmos 1:1-3 nos da a entender que los justos; en los que en la ley de Jehová encuentran su delicia y se deleitan en El cada día, ellos serán llamados benditos y todo lo que hagan será prosperado. Y créeme más fácil es que una montaña se mueva de un lugar a otro antes de que una de estas promesas no se cumpla. Recuerda Dios es fiel a Su palabra, y ni una tilde de esta pasara sin que esto se haga realidad en nuestras vidas.
La paz del Señor Jesucristo sea contigo!

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