domingo, 9 de diciembre de 2012


USA LO QUE TIENES



Todos poseemos dones y talentos, todos tenemos habilidades. Algunos pueden cantar, otros tocar instrumentos musicales, algunos hasta incluso escribir logrando sumergir al lector en el gran mundo donde los limites del universo no existen, muchos saben exhortar, y otros servir.

La Biblia relata una historia en Mateo 25: 14-30 en donde un hombre que decidió irse de viaje llamó a sus empleados y les encargó su dinero. Y conociendo las capacidades de sus empleados, a uno de ellos le entregó cinco mil monedas, a otro dos mil, y a otro mil. Luego se fue de viaje.

El propósito era que ellos lo invirtieran para que cuando llegara su señor él encontrara el dinero que le había entregado conjunto a los intereses.

Mucho tiempo después, el hombre que se había ido de viaje regresó, y quiso arreglar cuentas con sus empleados. Llegó el que había recibido cinco mil monedas, se las entregó junto con otras cinco mil y le dijo: “Señor, usted me dio cinco mil monedas, y aquí tiene otras cinco mil que yo gané.”

Lo mismo hizo el que tenía dos mil monedas, y estas se las entrego con dos mil monedas más.

Entonces su señor les dijo: “
¡Excelente! Ustedes son empleados buenos, y se puede confiar en ustedes. Ya que cuidaron bien lo poco que les di, ahora voy a encargarles cosas más importantes.

Por último, llegó el empleado que había recibido mil monedas, y justificándose dijo: “Señor, yo sabía que usted es un hombre muy exigente, que pide hasta lo imposible.
Por eso me dio miedo, y escondí el dinero bajo tierra para no perderlo. Aquí le devuelvo exactamente sus mil monedas.”

El hombre le respondió: “Eres un empleado malo, perezoso y negligente. Si sabías que soy muy exigente, ¿por qué no llevaste el dinero al banco? Así, al volver, yo recibiría el dinero que te di, más los intereses.”Por eso, por no ser un buen administrador con lo que te entregue, échenle en las afuera, él no es digno de estar en este lugar.
 

Amado lector tanto a usted como a mí se nos ha entregado dones y talentos, en el cual llegara el tiempo en que le tendremos que rendir cuenta a Dios por ello.

Amado amigo y hermano. ¿En cual de los dos casos te encuentras?  
Cuando nuestro Señor nos llegue a pedir cuenta con los que nos a dado a administrar ¿Qué le diremos? y ¿Qué El dirá de nosotros?

Recuerda que lo que el don y el talento que Dios nos ha entregado es porque Él nos ha capacitado o capacitara. Echemos fuera el temor, no seamos como el siervo negligente, más bien esforcémonos y seamos muy valientes para dar lo que por gracia hemos recibido.

Jesús dijo una vez: “La mies es mucha y pocos los obreros”. No importas cual sea tu edad, ni cual sea tu estatus social, Dios anda buscando obreros fieles y comprometidos con El y su reino. Dejándonos a entender que el mensaje que nos ha entregado es necesarios que sea llevado a toda lengua, pueblo y nación.

Así que mis hermanos, Dios nos ha dado a todos diferentes capacidades, diferentes dones y talentos, según lo que Él quiso darle a cada uno. Si el don de alguien es el de profecía, que lo use en proporción con su fe, si es el de prestar un servicio, que lo preste; si es el de enseñar, que enseñe; si es el de animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados, que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar compasión, que lo haga con alegría.

Pero hagámoslo con mucho ánimo, y no seamos perezosos. Trabajemos para Dios con mucho entusiasmo.

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